sábado, 23 de mayo de 2015

F1 un mundial de tecnología y no mucho de pilotos.

El podio de 2015 - calificación - carrera
Cada día son más los aficionados que pierden el interés en la fórmula 1, debido principalmente a la hegemonía de algunos equipos; la Ferrari de Schumacher (5 títulos consecutivos), Red Bull de Sebastian Vettel (4 campeonatos seguidos) o más recientemente, la Mercedes de Hamilton y Rosberg (ya llevan dos títulos y con seguridad serán más), después aparecerá otro más y la variante no serán los pilotos, veremos los mismos uniformes en el pódium, como hasta ahora en 2015; Mónaco no fue la excepción.

Si las escuderías de la F1 ganaran más por sus pilotos, no sería racional que Alonso, Button les cueste pasar de la Q1 o al mismísimo Vettel  acercarse a la punta, o hacer un buen tiempo de vuelta, y en peor de los casos, para los de McLaren, terminar una carrera. Se quejan por no decir, se enfurecen con los ingenieros y mecánicos, cuando el que los antecede desaparece adelante.

No es sino ver cómo por arte de magia el otrora imbatible piloto Sebastian Vettel, era casi humillado en 2014 por un desconocido Ricciardo, y en la actualidad tenga que ver casi siempre la parte trasera de los Mercedes. 

En el equipo McLaren hemos visto a un enfurecido Alonso alejarse de las cámaras, uno porque no poder clasificar bien y después por no poder terminar entre los diez primeros, este año ha intentado ponerle buena cara a su decepcionante desempeño con su motor Honda de alta tecnología.

Quizá muchos aficionados no pueden comprender la situación actual debido a que narradores, comentaristas han puesto a estos pilotos en lugares estratosféricos, de otro mundo, resaltando más su habilidad en la conducción, que la misma tecnología que los equipos ponen a su disposición. 

Otro factor que ha hecho que se ponga de relieve esta realidad,  es la adaptación de los ingenieros y mecánicos a los cambios en los reglamentes de la FIA. Un alerón bien puesto, una entrada de aire por aquí o por allá, ha hecho esas milésimas de diferencia, o tal vez un mejor comportamiento del fórmula por el juego de llantas: las duras, blandas o superblandas; nuevamente la tecnología.

Otra realidad de la no debe abstraerse el aficionado, es en la que se ve a los pilotos novatos  por encima no solo de campeones del mundo, sino de pilotos mucho más experimentados, los Sainz y Verstapen, superando a Alonso, Grogean, Button y más archiconocidos apellidos. Lo que ocurre con ellos no necesariamente porque son mejores.

La FIA deberá pensar entonces en volver a tener un campeonato más competitivo, carreras más equilibradas y en las que verdaderamente se imponga el talento de los pilotos, si es que los hay; todos tienen una superlicencia que los faculta para conducir cualquier carro.

Bastaría ver lo que sucede en la Fórmula E, la GP2, GP3 o en el mismo Indycar, donde usan mismos chasises, mismas baterías, mismas ruedas; indudablemente la diferencia está en el piloto - factor humano -; en algunas casos, con uno que otro retoque en la aerodinámica del carro. La consecuencia es que hay diferentes ganadores, y que el podio sienta la alegría de diferentes pilotos.

Así las cosas los organismo que reglamentan estas competencias deberán tomar cartas en el asunto para que no sigamos viendo aburridos giros y que de antemano sepamos quien va a ganar. Por lo menos a los pilotos, si que los tiene preocupados, para ello han hecho participes a los aficionados, para expresen sus opiniones en una encuesta - un poco extensa - (http://gpda.motorsport.com/).
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